Colmédica Medicina Prepagada Número 92 / Noviembre 2017 - 49

GERENCIA FAMILIAR

La horticultura urbana cada vez tiene más
seguidores. Las personas aprovechan el espacio de los balcones, las terrazas o del interior
de la misma vivienda para tener su plantío. "La
agricultura está conquistando la ciudad. Además de producir sus frutos, las plantas ayudan
a purificar el medio ambiente con tanta polución de las ciudades", señala Aguiar.
Esta práctica se ha tomado las principales
ciudades en el mundo. En Canadá, Estados
Unidos, España e Inglaterra, los horticultores
caseros han creado redes para compartir sus
experiencias y pedir consejos en el manejo de
los vegetales como el tomate, pues es muy difícil que crezca dentro de una pequeña matera
y dé frutos.
En ciudades como Madrid, Londres y Barcelona existen estadísticas sobre el número de
personas que tienen cultivos en sus viviendas.
En Madrid, por ejemplo, lo hace más del 15 %
de sus ciudadanos.
"No solo se requiere de un balcón o una terraza. También hay que dedicar tiempo a diario
al cuidado de las plantas, dosificar el tiempo
de exposición al sol, controlar las posibles
plagas que arruinen la cosecha, conocer muy
bien el manejo para crecer un cultivo orgánico
y recoger las propias semillas que en el futuro
serán la nueva siembra", explica el experto.
Lo más importante es que cada quien decide qué quiere producir y en qué época del año.
Esto da una sensación de libertad y permite
ser más responsable con el manejo de la plantación. Así, las personas dedican más horas,
buscan en la red más información especializada y se animan a asistir a talleres sobre las
huertas en casa. El resultado final se ve muy
pronto en la mesa.
"Cada vez hay más personas que se preocupan por lo que comen y, sobre todo, sobre
la forma en que se cultiva. La gente ha dejado

de tener geranios, rosas, margaritas o lirios en
sus materas para dar paso a los tomates, las
lechugas, los ajos, el romero o la albahaca",
enfatiza Andrés Aguiar.
Tanto los talleres sobre horticultura, como
los portales especializados que se encuentran
en Internet, enseñan a los nuevos agricultores
principios elementales sobre cuáles son las
mejores épocas del año para sembrar los diferentes productos y la forma en
la que se debe hacer en pequeños espacios, el tipo de macetas y los materiales que deben
emplearse para que sean amigables con el medio ambiente.
También enseñan sobre cuáles
son las plantas que se siembran con mayor facilidad y que
requieren de menor cuidado, el
manejo de las plagas, el riego
y el momento de la recolección
de los frutos.
Para Andrés Aguiar, crear
una huerta hogareña depende única y exclusivamente del
compromiso de las personas.
No es difícil, ni tampoco hay
que esclavizarse del cultivo.
Existe la información para hacerlo de la mejor manera y de
no abandonar el proyecto a mitad de camino.
"Las huertas caseras permiten a las personas conocer más de las propiedades y bondades de los productos que
han sembrado, la mejor forma de aprovechar
su consumo, de cómo almacenarlos y en qué
preparaciones son más exquisitas. Es una forma de comenzar a comprender qué estamos
llevando al plato diario de comida", resalta el
agrónomo.

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