IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - Enero/Febrero 2018 - 52

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Porcentaje de energía ahorrada

Incentivo
monetario

Incentivo monetario
+
Comparación social

Grupo de
control

gráfico 1. El porcentaje de energía ahorrada por un grupo
de estudio que recibió un incentivo monetario, un grupo
que recibió un incentivo monetario junto con una comparación social y el grupo de control. (Adaptación de K.
Mizobuchi y K. Takeuchi, "The influences of financial and
non-financial factors on energy-saving behavior: A field
experiment in Japan" [Las influencias de los factores financieros y no financieros sobre el comportamiento de ahorro
energético: un experimento de campo en Japón], Energy
Policy, vol. 63, págs. 775-787, 2013.)

comparación social que contrastaban su consumo energético
con el de sus vecinos. El tercer grupo sirvió como control y
no recibió información. Estos grupos redujeron su consumo
energético en un 5.9%, 8.2% y 1.7%, respectivamente. En
este caso, los incentivos monetarios parecieron motivar a los
consumidores a restringir su consumo doméstico de energía,
especialmente al combinarlo con comentarios de comparación social.
Estos estudios sugieren que los incentivos monetarios a
veces pueden reducir eficazmente el consumo de energías
fósiles. Sin embargo, cuando las intervenciones brindan
incentivos monetarios, suelen hacerlo como parte de un conjunto de estrategias complementarias. En el primer ejemplo,
se brindaron incentivos monetarios junto con la eliminación
de las barreras técnicas para la instalación de paneles solares. En el segundo ejemplo, los incentivos monetarios fueron
más eficaces al brindarlos junto con comentarios de comparación social que mostraban cómo el consumo energético

gráfico 2. El efecto rebote. El dinero ahorrado al utilizar
focos de eficiencia energética puede utilizarse en un mayor
uso del foco u ocuparse en otras actividades que consumen energía. (FreeImages.com/Chris Cummings).
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de uno contrastaba con el de los vecinos. Al controlar tales
estrategias complementarias, los incentivos monetarios por
sí mismos a menudo parecen tener efectos mucho menores
o incluso ninguno.
Aquí analizamos tres problemas que han demostrado perjudicar la eficacia de los incentivos monetarios para reducir
el consumo doméstico de energías fósiles. Concluimos con
un análisis sobre cómo se pueden diseñar incentivos para
promover de forma eficaz el ahorro doméstico de energías
fósiles. Creemos que estos consejos serán útiles para los
diseñadores de mercados de energía, programas de eficiencia
y otras intervenciones para el cambio de comportamientos.

Tres desventajas de los incentivos
monetarios
Los beneficios monetarios pueden dar lugar a
efectos rebote
Una limitación de brindar beneficios monetarios para el
ahorro energético es que el dinero ahorrado se puede ocupar en otros comportamientos de consumo energético. Por
ejemplo, al comprar nuevos equipos de eficiencia energética
(p. ej., focos de eficiencia energética o un vehículo de consumo eficiente de combustible) se ahorra dinero (es decir,
en electricidad o combustible) y las familias pueden utilizar
ese dinero adicional para pagar un mayor uso de sus nuevos
equipos (p. ej., prender más luces o conducir más) u otros
bienes o servicios (p. ej., un vuelo de vacaciones). Los comportamientos de restricción eficaces también pueden dar
lugar a un ahorro monetario que se puede ocupar en otra
parte. Si es así, esto dará lugar a un aumento en el consumo
energético, un efecto rebote, que podría absorber parte de la
reducción inicial del consumo de energía y las emisiones de
dióxido de carbono (CO2) relacionadas (véase el Gráfico 2).
Por ejemplo, proporcionar aislamiento para el hogar y
aire acondicionado de eficiencia energética gratis no redujo
el consumo energético. Un estudio de Florida Power and
Light sobre la eficacia de proporcionar aislamiento para el
hogar y aire acondicionado de eficiencia energética gratis
no reveló diferencias en el ahorro energético entre los grupos de tratamiento que recibieron diversas combinaciones
de tecnología de ahorro gratis y un grupo de control. Las
familias que utilizaron calefacción y aire acondicionado
eléctricos fueron asignadas de forma aleatoria a uno de estos
cuatro grupos. El ahorro energético de aire acondicionado
doméstico en los grupos de tratamiento durante los meses
fríos estuvo un 13% por debajo de la estimación de ahorro
potencial. En los meses de verano, el ahorro energético fue
un 1-2% menor que la estimación de ahorro potencial. En
cuanto a la calefacción doméstica, el ahorro fue un 8-12%
menor de lo estimado. El ahorro fue menor debido a que
los participantes aumentaron la temperatura de sus casas
durante los meses de invierno y disminuyeron la temperatura en los meses de verano después de la instalación de
tecnologías de eficiencia energética. Estas permitieron a los
enero/febrero 2018

http://www.FreeImages.com/Chris

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