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de suministro eléctrico. Con el objetivo de minimizar el
impacto sobre el personal y evitar las interrupciones de la
energía eléctrica, la industria de los servicios públicos respondió
con rapidez a la pandemia e implementó varias medidas
de prevención de infecciones y monitoreo de salud.
Catorce empresas participantes de servicios públicos respondieron
a una Encuesta de pruebas de detección y monitoreo
de salud de la COVID-19. Los resultados de la encuesta
se recopilaron entre abril y junio de 2021. Las preguntas
abarcaban información general, pruebas de detección de
síntomas y salud, pruebas y rastreo de contactos, vacunación,
medidas de control de infecciones y uso de equipo de
protección individual (EPI). No se informan datos específicos
de las empresas por motivos de confidencialidad. Se
obtuvieron respuestas de 12 empresas. Las empresas tenían
diversos tamaños (la cantidad de empleados variaba entre
200 y 35,000). Los entrevistados cumplían un amplio abanico
de roles, desde higienistas industriales a enfermeros
practicantes, gestores de relaciones entre empleados y gestores
de seguridad.
Respuestas a la pandemia
y comunicación
La comunicación es clave para reducir la transmisión y proteger
la salud de los empleados de manera efectiva, en especial
teniendo en cuenta la rápida evolución y los cambios
relacionados con los problemas de la pandemia. Todos los
entrevistados informaron tener un grupo que se encargaba
de la comunicación vinculada a la COVID-19. Casi todas las
empresas informaron tener listas de comprobación o protocolos
que se comunicaron de manera clara y se cumplieron
al pie de la letra, lo que incluía listas de comprobación para
pruebas de detección antes de los turnos, procedimientos de
cuarentena autoimpuesta, procedimiento de rastreo de contactos
y protocolos de vuelta al trabajo.
La respuesta positiva sobre la comunicación relacionada
con la COVID-19 por parte de la gestión puede que no
refleje con precisión las perspectivas del resto del personal.
La incógnita pendiente es si los protocolos y procedimientos
fueron informativos y fáciles de comprender para el personal
de varios roles no gerenciales. El análisis preciso de la
efectividad de las prácticas actuales puede dar información
para las mejoras y el desarrollo futuros de los protocolos de
preparación de emergencia ante la pandemia.
Pruebas de detección de síntomas
y salud
Uno de los primeros esfuerzos principales para proteger al
personal incluyó la creación de un protocolo a fin de monitorear
el estado de salud de cada empleado. El método de
detección más común que utilizaron las empresas encuestadas
fue la autoevaluación o el autoinforme, seguido de
cuestionarios detallados y mediciones de temperatura en
las entradas a los edificios o lugares de trabajo (figura 3).
No existe un método de detección que pueda identificar de
noviembre/diciembre 2022
manera precisa todos los casos de COVID. El autoinforme
es una manera sencilla y barata de comprobar síntomas, aunque
podría haber problemas con la precisión y confiabilidad
de la información proporcionada. Las mediciones termográficas,
incluido el escaneo infrarrojo, presentan una medida
más objetiva de las pruebas de detección de salud. No obstante,
estas pruebas pueden ocupar muchos recursos y no
todos los casos de COVID-19 presentan fiebre.
La mayoría de las empresas (58 %) informaron que sus procedimientos
para las pruebas de detección de síntomas y salud
fueron efectivos en su contribución al control de las infecciones.
Un pequeño grupo de empresas informaron el uso de una
aplicación diseñada específicamente con el objetivo de mejorar
los procesos de monitoreo de salud o de llevar registros. En
general, todas las empresas encuestadas implementaron los
procedimientos necesarios y utilizaron distintas herramientas
para llevar a cabo pruebas de detección de síntomas y salud
en sus empleados que se percibieron como efectivas, al menos
por parte de quienes respondieron la encuesta.
Pruebas y rastreo de contactos
Las pruebas y el rastreo de contactos son cruciales para
reducir la transmisión de la COVID-19, en especial si se
consideran los casos asintomáticos no detectados o presintomáticos
que pueden seguir transmitiendo el virus a
otras personas. A grandes rasgos, un tercio de las empresas
encuestadas llevaron a cabo pruebas virales de reacción en
cadena de la polimerasa (PCR) de rutina para sus empleados
todas las semanas (25 %) o cada dos semanas (8 %), mientras
que la mayoría (42 %) no realizó pruebas de rutina. Algunas
realizaron pruebas de PCR luego de un protocolo de pruebas
basado en exposición, síntomas o cantidad de casos positivos.
El protocolo de una empresa fue realizar pruebas de PCR de
rutina de acuerdo con la cantidad promedio de infectados de
COVID-19 y con la cantidad de empleados en cuarentena. El
hecho de que una empresa llevara a cabo pruebas de PCR de
rutina no tuvo relación con su tamaño o ubicación.
10
12
2
4
6
8
Pequeña (n < 3,000)
Mediana (n = 3,000)
Grande (n > 3,000)
figura 4. Índice de casos de COVID-19 según el tamaño
de la empresa.
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Índice de casos (%)
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