World Grain Latin America - October 2009 - 6

DEL JEFE DE EDITORIAL

Exportaciones récord de harina
reflejan la dinámica en la molienda
onsiderando que se usan 450 millones de toneladas
de trigo alrededor del mundo anualmente para la
alimentación, principalmente a través de la molienda
de harina, las exportaciones de trigo de 12 millones pueden
parecer intrascendentes. En efecto, la tentación de considerar
las exportaciones de menos del 3% de la producción global
puede ser grande, ya que provee poca o ninguna base para
medir el estado de la molienda mundial. Eso sería un error ya
que el curso de las exportaciones en años recientes, cuando
se examinan de cerca, proveen un entendimiento del estado
de la industria. Tal estudio muestra que lo que puede parecer
un negocio casi estático tiene un dinamismo subterráneo que
arroja una luz diferente en la condición actual y perspectivas
de la molienda.
Las ganancias anuales en el uso alimenticio del trigo se
han quedado a la zaga del ritmo de crecimiento de la población mundial. Los aumentos anuales han sido apenas del
1% y, en muchas regiones del mundo, el consumo actual se
ha quedado atrás comparado al de la década anterior. Con
base en las estadísticas de producción de harina compiladas por el Consejo Internacional de Granos (IGC, siglas en
inglés), las principales ganancias en la producción anual no
han sido en las naciones desarrolladas en donde la expansión de la producción puede esperarse pero ha estado limitada principalmente debido a los mercados altamente desarrollados como los Estados Unidos e incluso partes de Europa. Se han notado reducciones particularmente drásticas
en la anterior Unión Soviética, en donde el deceso del comunismo estuvo acompañado por una utilización decreciente
del trigo para la alimentación.
Las estadísticas de exportación de harina representan una
industria crudamente diferente a las tendencias de producción global. Las exportaciones han alcanzado volúmenes
récord durante dos años en la misma cara de la recesión
que ha cortado el consumo. Los últimos informes del IGC
acerca del comercio de exportación de harina ubican el total
2008-09 en 11'975,000 toneladas de equivalente en trigo,
siguiendo el récord de 11'842,000 alcanzados en 2007-08.
No solamente las salidas de la cosecha pasada son un tercio más grandes que la década anterior -un periodo que vio
un cambio escaso en la producción global- es considerable-

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mente más del doble de las exportaciones de principios de la
década de 1970.
Aún más revelador que la tendencia de las exportaciones
totales son los cambios dramáticos en los proveedores de
harina para exportación así como los principales importadores. Estos cambios fenomenales revelan áreas inesperadas
en donde la molienda es obviamente un negocio excitante.
La ubicación de Kazakstán y Turquía dentro de los cuatro
principales exportadores en 2008-09 y el papel principal de
Uzbekistán y Afganistán como importadores da cabida a la
conclusión de que Asia central, con sus países "tán", es el
lugar popular para la molienda, en ambos roles como embarcador y como comprador. Junto con la Unión Europea,
Kazakstán y Turquía son los únicos exportadores de más de
1 millón de toneladas de equivalente en trigo, y estas dos naciones líderes importadoras son los únicos compradores de
más de 1 millón de toneladas de la cosecha del año pasado.
Durante la mayor parte del periodo posterior a la Segunda
Guerra Mundial, la historia de la exportación de harina tuvo
naciones importadoras líderes que finalmente desarrollaron
sus propias industrias molineras. Una historia secundaria
gira en torno al impacto de la ayuda alimenticia y conflictos
militares con los socios comerciales, que son responsables
de la posición de Afganistán como importador principal así
como Irak, alguna vez autosuficiente, ahora entre los líderes
importadores. Y luego hay países como Libia y Brasil que
continúan como considerables compradores año tras año.
Las exportaciones globales, estableciendo récords por
dos años consecutivos, subrayan la vitalidad de la molienda
global. Mientras que el perderse este aumento es una gran
desilusión para los molineros en naciones como los Estados
Unidos, que ha perdido su alguna vez papel como exportador, resulta alentador ver la demanda vivaz en regiones que
hace no muchos años difícilmente figuraban en la evolución
de la molienda. Estos virajes en el comercio de exportación
proveen una guía para los países en donde existen grandes
oportunidades para los audaces así como para ver que el comercio exterior de harina de trigo no es el nebuloso negocio
que muchos observadores han creído por mucho tiempo. El
mantenimiento de este paso es una de las sorpresas genuinas
para la molienda en el siglo XXI.
Octubre 2009 / World Grain / www.World-Grain.com
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