World Grain Latin American - October 2012 - 36

ARTÍCULO: DESAPARECIENDO EN CUESTIÓN DE SEGUNDOS

con vivienda para 130 empleados. Se trajo mano de obra caliﬁcada de todo el mundo y fueron poco más de 120. El campamento tenía cuartos de dormir, cafetería, sala recreativa con televisor, mesa de billar e instalación de lavandería. Continuó operando hasta marzo de 2012. “En medio de todo lo que estaba ocurriendo en Haití, tuvimos que crear nuestra propia burbuja de jabón dentro del complejo para mantener el proyecto en movimiento,” dijo Gutsch. Los ejecutivos participantes eran veteranos consumados. Fucina había encabezado el molino haitiano por 11 años. Nativo del este de Francia, trabajó para Continental Grain Co. por muchos años. “No tenía la intención de trabajar en la molienda,” dijo. “Era gerente de crédito en el molino de Continental en Guadalupe y tenía más y más responsabilidades al pasar el tiempo.” Al pasar de los años, tuvo puestos con Continental en Nueva York, Curazao y Ecuador en donde también tuvo una segunda misión antes de unirse al molino en Haití. Se le nombró director general de LMH en 2001. Fucina dijo que no se cesó a ningún empleado después del sismo, pero un número signiﬁcativo de ellos renunciaron semanas o meses después del desastre. Los que permanecieron realizaron una amplia gama de obligaciones, desde tareas administrativas hasta limpieza y trabajo como participantes dentro del campamento. Aún así, aunque el trabajo inició concienzudamente, el proyecto no escapó a considerables tropiezos. A principios de noviembre de 2010, el huracán Tomás azotó Haití. Aunque los ediﬁcios de LMH no sufrieron más perjuicio, la tormenta dañó un gran volumen de trigo, requiriendo más limpieza. Aunque el complejo portuario sufrió daño, aún pudo usarse inmediatamente después del sismo, dijo Fucina. El muelle, de poco más de 100 metros de longitud, comprobó ser crucial
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para la entrega de alimentos y medicinas seguido el sismo, debido a que el puerto principal de Puerto Príncipe no podía usarse (y aún tiene que restaurarse completamente). El puerto también fue invaluable para la reconstrucción del molino, proveyendo un punto de entrega de todo, desde equipo de molienda y camiones bomba de concreto hasta las viviendas temporales del campamento. Ocho meses después del sismo, luego de que el puerto de Puerto Príncipe abrió parcialmente, Seaboard cerró el puerto por nueve meses para reparaciones. Aunque optimistas por las perspectivas para Haití y para la compañía misma, cada ejecutivo entrevistado aún parece aﬂigido de diferentes maneras por sus recuerdos del sismo de 2010 y lo subsiguiente. Harsveld, quien por varios años fuera técnico en panadería antes de unirse a LMH, dijo que él se beneﬁció de una reubicación a otro molino caribeño (en Guyana Británica) durante un año iniciando a mediados de 2010. “El director del molino se había lesionado en un accidente automovilístico,” dijo. “Fue bueno alejarse.” El gobierno de Haití ha estimado la cuota de muertes cobrada por el sismo de enero de 2010 en 316,000, que lo ubica como el segundo más mortal en la historia (eclipsado solamente por un sismo de magnitud 8.0 ocurrido en 1556 en Shensi, China). Otras fuentes han sugerido que la cifra del gobierno haitiano es exagerada, con un estimado de las fuentes Dutch colocando el número de muertes bajo los 100,000. Al preguntarle qué pensaba acerca de las cifras, Fucina pareció sobresaltado por la pequeña cantidad estimada y pausó antes de responder. “Usted no se puede imaginar el número de cuerpos,” dijo. “Yo creo que más de 500,000 personas perecieron aquí.”
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