IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - July/August 2021 - 50

Treinta y cuatro hogares de Bruny Island recibieron
un subsidio para comprar una batería solar y un EMS
que permite cambiar el tiempo de uso.
FED propiedad de prosumidores interesados para minimizar
el costo de mantener la red dentro de sus límites técnicos.
Investigamos una aproximación a esta llamada coordinación
consciente de la red (NAC, por sus siglas en
inglés), que utiliza los precios nodales (LMP, , por sus
siglas en inglés) para resolver un problema de flujo eléctrico
óptimo (OPF, por sus siglas en inglés) trifásico desbalanceado
de forma distribuida. Aprovecha el EMS para
distribuir los cálculos entre los hogares y resolver los problemas
de privacidad y escalabilidad. Este tipo de enfoques
distribuidos han aparecido en la literatura durante
algún tiempo, pero este proyecto es, hasta donde sabemos,
la primera demostración de su capacidad para resolver un
problema significativo en las operaciones del mundo real
de una red de distribución y los retos a los que se enfrentan
en el futuro.
Otro factor importante es saber cómo recompensar a los
prosumidores por el apoyo que les brinda su sistema. Aunque
mecanismos como la NAC pueden poner precio al costo
económico de proporcionar apoyo a la congestión y la tensión
en cada nodo de la red, plantean problemas de equidad y
justicia cuando se aplican a los prosumidores. Una solución
alternativa, probada en el proyecto de Bruny Island, consiste
en utilizar estructuras de recompensa basadas en la teoría de
juegos cooperativos.
Por último, una coordinación distribuida óptima y unas
recompensas adecuadas pueden no ser suficientes: los prosumidores
deben estar dispuestos a participar. Por lo tanto,
es esencial entender cómo responden los prosumidores a la
idea de proporcionar soporte a la red, a la tecnología y a
las recompensas, razón por la cual el proyecto contó con un
equipo dedicado a las ciencias sociales. Este grupo dedicó
muchas horas a entrevistar a los propietarios de las viviendas
sobre su experiencia y a conocer los problemas que podrían
surgir con los programas de FED en el futuro (figura 3).
EMS residenciales
Antes de empezar a coordinar las baterías, teníamos que
hacer llegar algunas a los clientes. Aproximadamente el
15% de los clientes tenían sistemas solares residenciales,
pero no había sistemas de baterías en la isla. Asimismo, aunque
algunos de los electricistas locales tenían experiencia
en la instalación de baterías fuera de la red, pocos estaban
familiarizados con la nueva generación de baterías conectadas
a la red y a Internet. Buscando despertar el interés de las
distintas partes interesadas y compensar los costos de capital
de las baterías, que seguían estando fuera del alcance de la
mayoría de los consumidores, el proyecto ofreció a los clientes
un subsidio para los nuevos sistemas de baterías solares.
Los clientes seleccionaron a su instalador y, a través de
él, pudieron elegir el hardware
disponible (batería, paneles FV
e inversores) y el diseño general
del sistema. El costo del sistema
se subvencionó en función de la
capacidad máxima de descarga
de la bateria a AU$3,200/kW,
con una contribución mínima del
cliente de AU$2,000 y un subsidio
máximo de AU$17,200. El
financiamiento disponible permitió
que 34 clientes recibieran subsidios
y participaran en las pruebas,
en las que la mayoría eligió
baterías de LG Chem de 5 kW/10
kWh, lo que supone un total de
128 kW/333 kWh de capacidad de
la batería tras tener en cuenta los
límites del inversor.
Una de las condiciones era que
figura 3. Clientes mostrando su nuevo sistema de baterías al equipo de ciencias
sociales. (Fuente: Universidad de Tasmania, Australia; usada con permiso).
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el sistema debía contar con un EMS
compatible, que se convertiría en
julio/agosto 2021
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